¿Te has dado cuenta alguna vez de que algún producto destinado a las mujeres tiene un precio más elevado que el mismo producto dirigido a hombres? A esto se le llama Impuesto Rosa.
Desde perfumes hasta productos de cuidado facial, la tasa rosa es una realidad en el mercado español. ¿Pero qué es exactamente? Es esa disparidad de precios en productos similares, donde las versiones femeninas suelen ser más costosas.
Algunos ejemplos claros del Impuesto Rosa
En el mercado español, el impuesto rosa podemos encontrarlo en distintos productos. Los perfumes son uno de los mejores ejemplos, las versiones para mujeres llegan a ser hasta un 25.8% más caras que las masculinas.
Además, las cremas faciales también entran en juego, siendo un 21% más costosas para las mujeres en comparación con los hombres. Por otra parte, las famosas cuchillas de afeitar son, para mujeres, hasta un 171% más caras que las de los hombres.
Un estudio realizado en la Comunidad Valenciana para estimar en qué medida afecta la “tasa rosa” a nivel económico, analiza varios productos de distintos sectores y servicios. Por ejemplo, la tintorería es un 10% más cara para mujer que para hombres, la peluquería un 36,6%, y los productos de telefonía y accesorios un 29.7% más caros para mujeres en promedio.
¿Por qué existe la Tasa Rosa?
Los fabricantes a menudo argumentan que elementos como el diseño del producto, los materiales utilizados o incluso el marketing específico dirigido a cada género justifican la diferencia de precios. Sin embargo, algunos críticos sostienen que esta disparidad de precios también puede atribuirse a estrategias de mercado que se aprovechan de la disposición de las mujeres a pagar más por ciertos productos, como perfumes o productos de belleza.
Impacto económico del Impuesto Rosa
Si sumamos cada céntimo y cada euro, el gasto extra puede tener un impacto muy significativo en el presupuesto mensual de las mujeres españolas y en todo el mundo, Al año, según la revista Forbes, una mujer norteamericana paga 1.300 dólares más que un hombre por los mismos productos.
Evolución en España
Según el estudio de Idealo, a pesar de persistir, ha habido una evolución en los últimos años en España, mostrando cómo la brecha precios de los productos faciales se ha ido reduciendo desde el año 2020 hasta ahora.
Aun así, el 70% de las marcas más buscadas del mercado de esta vertical siguen presentando diferencias entre los productos de hombres vs los productos de mujeres. La tendencia es positiva pero aún queda trabajo por delante.
¿Y el impuesto azul? ¿Existen productos o servicios más caros para hombres que para mujeres?
Hasta ahora, hemos usado principalmente el término «impuesto rosa» para señalar las disparidades de precios que perjudican a los productos dirigidos a mujeres. Sin embargo, también debemos reconocer el fenómeno de imponer precios más altos en las versiones masculinas de ciertos productos y servicios.
Concretamente, en los casos en los que hay diferencias, los centros de depilación y los seguros son un 25% más caros para hombres.
¿Son conscientes los españoles de esta situación?
Los consumidores españoles son cada vez más conscientes de la existencia de la tasa rosa y exigen una mayor transparencia en los precios.
A medida que la conciencia sobre esta disparidad crece, se espera una mayor presión sobre los fabricantes y minoristas para que revisen sus estrategias de fijación de precios y promuevan una mayor equidad en el mercado.
El impuesto rosa es una realidad que afecta a los consumidores españoles en su vida diaria. Sin embargo, con una mayor conciencia se espera que esta disparidad de precios disminuya en el futuro.
¿Son los españoles conscientes de estas diferencias?
Según datos de una encuesta realizada por idealo, el 59 % de los españoles creen firmemente que los productos dirigidos a mujeres son más costosos que aquellos destinados al público masculino. Solo un 18 % niega la existencia de esta situación, mientras que un 23 % no puede afirmar con certeza si es verdadera o no.
Al analizar los resultados por grupos de edad, observamos que los encuestados mayores de 55 años son los menos conscientes de la llamada «Tasa Rosa», con solo un 47 % de ellos reconociendo su existencia.
Por otro lado, los más jóvenes muestran una mayor conciencia sobre esta disparidad. Un impresionante 71 % de los encuestados más jóvenes no duda en señalar el sobrecoste de los productos dirigidos a mujeres.